Este fin de semana pasado, tuvo lugar en Los Llanos de Aridane (La Palma – Islas Canarias) la sexta edición del Fotonature La Palma. Este evento siempre se ha caracterizado por contar entre sus ponentes con grandes fotógrafos de prestigio contrastado, muchos de ellos pertenecientes a National Geographic. Si bien este año no había ninguno de la afamada publicación entre los ponentes, para fotógrafo documentalista como yo, y desde mi humilde opinión, para cualquiera que sepa reconocer la buena fotografía, el elenco aglutinado para dar las ponencias es difícil de mejorar. Y fue así por la presencia, entre otros, de dos grandes con mayúsculas de la fotografía documental española: José Manuel Navia y Cristina García Rodero.
El fin de semana empezó el viernes por la tarde, con la ponencia de Enrique López-Tapia, en la que nos descubría su pasión por los paisajes extremos, así como los peculiares “enfermos” del territorio Toraja en Indonesia.
Tomó la vez Jordi Saragossa, fotógrafo deportivo de Salomon, marca para la que ha cubierto hasta en cuatro ocasiones la Transvulcania Isla de La Palma. De su ponencia, me sorprendió la libertad con la que puede encarar los encargos para la marca, aproximándose mucho más al trabajo de un documentalista que el de un fotógrafo deportivo. Además, las anécdotas que contó acerca de cómo se situaba al lado de su hermano cada vez que éste se colocaba para hacer una foto y cómo ese proceso tan humano de imitación es necesario para iniciarse en los primeros pasos en la fotografía, de alguna manera sirvieron de preámbulo a la importancia que José Manuel Navia dio a los referentes fotográficos en su ponencia del domingo.
Las dificultades técnicas con mi vehículo impidieron estar presente en la charla de Sofía Santa Clara, quien abría la jornada del sábado precediendo a uno de mis referentes, la fotógrafa de la agencia Magnum, Cristina García Rodero (de hecho, ya en mi etapa formativa en la universidad escribí un paper y preparé una ponencia sobre su obra). Tener el placer de escuchar sus historias durante más de seis horas y conocerla, me hizo sentir como un infante el día de Reyes, no en vano, aunque resulte trivial, es quien es, por cómo es, y sin duda le agradeceré siempre los ánimos renovados que me ha insuflado, pues con tesón y buen hacer, todo llega.
Cerró la jornada Francis Pérez, World Press Photo 2017 de la categoría de naturaleza, quien nos mostró que hay fotógrafos submarinos como él, que se exigen más allá de la simple catalogación de especies y nos dio una vuelta al mundo a través de sus entornos marinos.
La mañana del domingo fue el turno de José Manuel Navia, quien, entre otras muchas cosas, comentó que la fotografía “no sirve para contar historias” en todo caso, es la chispa “ignitora”. Tal afirmación, tan verdadera y a la misma vez tan alejada de lo que como documentalista uno pretende, ha abierto un proceso de reflexión muy interesante al que seguro dedicaré muchas horas, si bien es cierto que ahondando en el tema a posteriori con el propio Navia, le comentaba que a efectos prácticos no cambia en nada lo que hacemos (no deja de ser una metonimia lingüística), a la vez que él me recordaba el por qué los documentalistas necesitamos una serie de fotos y el pie de foto, porque una foto por sí misma, no cuenta nada.
Y con ello terminó otra edición de Fotonature, en la que tanto la compañía de los ponentes y la de compañeros y amigos como Arturo Rodríguez, Selu Vega, Mario Rubio (dio un taller sobre fotografía nocturna en la noche del viernes) o Tino Soriano (Director Técnico de Fotonature) han marcado un fin de semana repleto de fotografía y buenos momentos.
Si en mi reseña del año pasado pedía que se mantuviera el nivel para volver a llevar Fotonature a la importancia que tuvo a principios de la década, este año no puedo más que felicitar a las partes involucradas e insistir en la misma idea, pues ha quedado patente el resurgir del interés por este evento, atrayendo visitantes de las Islas e incluso varios desde la Península.