Desde el viernes pasado me encuentro en Tenerife para actualizar mis conocimientos sobre el post-procesado en Blanco y Negro con el Premio Nacional de Fotografía C.E.F. en 2007, Gabriel Brau. Habían pasado dos meses ya desde la fecha en que hubo de tener lugar, y si no hubiere sido porque a principios de esta semana, la organización del FotoNature 2013 le comunicara lo contrario, estaba previsto que impartiera una versión reducida del mismo en mi isla, La Palma.
Desde el comienzo del taller, Brau advirtió que muchos nos sorprenderíamos al comprobar que la parte del temario dedicada al procesado sería menor a las expectativas, de hecho, desde mi humilde opinión, dedicó mucho tiempo a aspectos “filosóficos” de la fotografía, como cuando afirmó que la “auténtica foto es la que puedes tocar”, sin aceptar o querer comprender otras visiones igualmente válidas.
Mi interés se centraba mayoritariamente en el artefinalismo e impresión de la copia, por lo que las primeras horas del curso se me hicieron tediosas y más apropiadas para los compañeros a los que aquello les fuera novedoso. Además, la poca rigurosidad de algunos ejemplos usados, junto a la poca flexibilidad a la hora de reconocerlo cuando se le hacía un razonamiento lógico de la invalidez de los mismos, acabaron por demostrar su falta de aptitud didáctica.
Una de las cosas que más remarcó Brau durante su explicación, fue la importancia que tiene el color durante la edición a pesar de que el resultado final vaya a blanco y negro, cosa que tampoco es novedosa cuando al leer literatura sobre fotografía analógica descubres el uso de filtros de colores con película en blanco y negro para obtener según qué resultados.
Descubrí sin embargo, que las técnicas de conversión a blanco y negro por canal, han quedado obsoletas, aunque me siguen pareciendo una formas bastante rápida y efectiva siempre y cuando no persigas un revelado artístico, como me sucede la mayoría de las veces.
Me sorprendió que, a diferencia del uso que yo le daba, en su flujo de trabajo es tan cotidiano el blanco y negro, que fotos como AFR-054, la trataba en blanco y negro cuando para mi gusto personal, tenía mucha más fuerza en color, tal vez por aquello de que mis ojos ven en color. Eso no descarta que trabaje en blanco y negro, pero en mi caso tal vez se limita a trabajos particulares o fotos en la que la información de chroma no sea relevante.
Para acabar, aprendí las nociones básicas para una impresión de calidad, una de las taras que arrastraba en mi formación hasta el momento. La importancia de exigir el perfil de color de la máquina en el caso de trabajar con un laboratorio de impresión para poder hacer la gestión de color uno mismo, y no dejar que sea el personal del mismo o el libre albedrío quien lo haga para no obtener resultados que no cumplan las expectativas.